sábado, 5 de mayo de 2012

Capítulo 9.

Hay humedad en el ambiente, no sabía que en este edificio (por no llamarlo rascacielos) había piscina interior. No esta nada mal.
Es una sala rectangular, bastante grande y que se divide en dos partes, la piscina y la zona para caminar y donde estan las puertas de los vestuarios. Los vestuarios... me doy cuenta de que no he traido bañador, tendré que ir a por él.

-No he traido bañador, tengo que ir a mi piso.

-Tranquila en los vestuarios hay bañadores de sobra, yo tampoco me he traido uno.

Nazan hace un gesto raro y salta de una forma poco común. Sus costumbres graciosas hacen que por un momento me olvide de lo que me come por dentro, su ego también lo ayuda en el aspecto cómico.

-Te aviso de que cuando me veas sin tableta te enamorarás de mi.

-No creo que eso pase.

Hay unos segundos de silencio, Nazan me mira y de repente sonrie para si mismo.

-Eso dicen todas.

-No sabía que estas tan orgulloso de ti mismo.

-Sabes que estoy bromeando, no exageres.

Y nos volvemos a reir, tengo que sacar de tema a Josh para ver si a él le ha dicho o sabe algo. Si, el tiene que saber por qué se esta comportando así. Andamos cada uno para su vestuario y allí me decido por un biquini de color turquesa con un adorno dorado en la parte de arriba, me queda bastante bien.
Nazan opta por un bañador rojo y negro que le queda bastante bien. No bromeaba sobre sí mismo al parecer, porque tiene una tableta tremenda y la verdad se le ve mucho mas atractivo. Pero yo sigo queriendo a Josh. Me acerco a él, pero mi intento de sacarle información no funciona, ya que él antes de poder decir nada me tira al agua. El agua no está tan fría como pensada, pero me cuesta subir a la superficie.

-¡Eh, no tiene gracia!

-¡Yo creo que sí, no se la quites!

Pero el también cae al agua, tiro de su pie y rebala. Empieza a salpicarme y yo le devuelvo los ataques.

-¡Espera, Nazan, para!

Nazan para de salpicar y espera a que yo reaccione. Me armo de valor, se que lo que me diga será bueno o malo pero quiero y no puedo soportarlo, quiero saber que pasa.

-¿Y Josh?

Se le petrifica la mirada, se pone serio. La primera vez que le veo serio en esta hora en que lo conozco. Intenta decirme algo pero no sabe como decirlo, me arrepiento de haberle preguntado por él. Me doy la vuelta y miro por la cristaleda a la luna llena. No espero una respuesta por parte de Nazan pero al fin encuentra las palabras.

-Él no queria que pasara todo esto, creeme. No sabes lo mal que lo ha estado pasando.

-¿Y por qué no esta aquí? Yo entiendo que no haya podido hacer nada antes, pero ahora estoy aqui.

-No es facil, no sabe como reaccionarás.

-¿No me quiere ver, verdad?

-No, te quiere ver. Me dijo que cuidara de ti.

Me vuelvo a dar la vuelta. Josh se esta comportando como un crío, y soy yo la que lo es en realidad. Estoy harta de esperar, de no recibir nada y de que no me respondan las preguntas. Me duele porque lo quiero con toda mi alma, se que no merezco esto. Pero tengo que vivir con el dolor, o quizás debería intentar hablar con él.
No se como pero estos pensamientos me obligan a abrazar a Nazan, lo hundo hasta el fondo de la piscina y luego salimos aun abrazados a la superficie.

-Gracias, gracias por estar aqui conmigo. Me siento muy sola, ni quiera Josh quiere verme. Eres el único amigo que tengo aqui, ¿somos amigos?

Nazan se aparta un poco y mira para mi, después acaricia mi pelo y me da un beso en la frente. Ahora mismo lo siento como a un hermano mayor, siento una protección y seguridad que nadie me dio nunca. Es casi como estar en casa, como si nunca hubiera pasado nada y todos fueramos felices.

-Claro que somos amigos, cuenta conmigo para lo que sea. Mi piso esta justo encima del tuyo, si te sientes mal o simplemente te aburres pasa por alli.

-Vale, gracias.

Caminamos por el pasillo y me acompaña hasta mi planta, claro esta justo arriba mia.

-Si tienes malas noches, yo duermo poco, pasate igual

Se que apenas lo concozco pero esta siendo de gran ayuda y pasarme por su piso de vez en cuando no me vendrá mal. Un amigo, es lo más parecido a Alex que tengo aqui y me siento muy a gusto con Nazan.
Hace que sea mas facil sobrellevar todo esto

domingo, 29 de abril de 2012

Capítulo 8.

-¿Quiéres ver que pasa? Pues ahora al fin lo vas a ver. Por cierto me llamo Taro.

No respondo, me limito a sentarme en el sillón que es bastante cómodo. Del techo sale una pantalla enorme, como las de cine, Taro se sienta a mi lado y me enseña imágenes de gente corriendo, huyendo de algo. De gente sometida a unos agentes, de la caida de países, fuego, gente llorando, miseria.

-Toda esta gente ha sido torturada por no querer someterse a su líder. Esto esta pasando en los países del norte, un grupo formado por gente sin escrúpulos.

Taro sigue pasando fotos, esta vez de una mansión blanca bastante grande. Tiene un gran jardín y esta rodeada por un muro muy alto. Practicamente en cada metro hay una pareja de guardias. Una rosaleda llena de espinas rodea el gran portalón de esta mansión.

-¿Qué es es sitio?

-Esa es la mansión donde gobiernan todo su territorio.

-¿Quiénes?

-Verás, aquel hombre que fue a tu colegio ese día es el jefe de este clan. ¿Su plan? Muy simple, apoderarse del mundo. Ya tienen en su poder a Noruega y Suecia, obviamente esto solo lo saben los políticos y es alto secreto. Si se corre la voz la gente sembraría el pánico.

-Lo siento pero, ¿Qué tengo que ver yo en todo esto?

-Tu eres un AS, Táctica, la experta en ataque y defensa.

-¿Qué soy que? Creo que te estas confundiendo.

-¿Por qué crees que a tus padres no les preocupa nada de lo que te está pasando? Porque ellos ya saben lo que pasa, sabes quién eres y que nosotros te protegemos. Andrea, tu aunque no lo sepas eres una gran luchadora y es el momento de que lo descubras.

-Es decir, que todo lo que me ha pasado estos meses es por este grupo, porque todos estamos en peligro.

-Exacto. Pero tú aun lo estas mas, y Josh y Nazan.

Me desconcierto. ¿Quién es Nazan?

-Perdona chica, aun no te hable de él. Verás, Nazan es como tú y como Josh. También tiene una habilidad especial y es la velocidad, ataca mas rápido de un lince el chaval.

Yo soy un as, me llaman Táctica porque planeo a la perfección los ataques y defensas a la hora de la verdad. Todo esto es muy dificil de asimilar porque, ¿cómo saben lo que soy? Mi destino no creo que este pintado en algún libro viejo. Todo esto me intriga.

-¿Qué habilidad tiene Josh?

-Josh es muy fuerte, capaz de levantar casi cualquier cosa siempre que quiera.

-Vaya, nunca lo imagine... ¿Cómo sabeis que don tenemos?

-Os estudiamos desde pequeños, vuestros padres siempre saben toda la historia pero no os dicen nada. De echo, ¿no te parece casualidad que tu y Josh veraneaseis juntos en el mismo lugar?

Lo miro con cara rara, la verdad esque no es tanta casualidad mucha gente coincide.

-Pues no.

-Estábamos estudiando como os comportabais juntos, pero como Josh era mayor que tu al segundo año ya empezó su entrenamiento.

No entiendo nada del todo. ¿Por qué tanto misterio en todo? Se que sería de locos que vinieran y me dijeran todoe esto sin venir a cuento pero quizás habría estado más preparada. Ahora todo esta destruido, la gente esta muriendo y no se si es por mi culpa. El mundo se esta acabando, ya no seguira siendo como lo veiamos cada mañana porque un grupo de villanos lo esta invadiendo sin saber nadie nada.

-Vuestra misión es derrotarlos, sois los únicos que podeis hacerlo ya que ellos tienen a dos de los vuestros.

-¿Hay dos más?

-Natalia, con una habilidad de estiramiento increible también bastante hábil con los cuchillos. Y Rodrigo, con la capacidad de prender fuego.

-Vaya, ellos si que tienen habilidades de verdad. El mio es solo planear.

Taro me rie y se me queda mirando, yo no se que opinar sobre este hombre. En esta sala aparenta treinta años mas o menos, esta bastante loco pero a su lado me siento a gusto. Pero da mucho de que hablar.

-Tú eres el quinto as, el último que ha aparecido. Tu habilidad no solo incluye planear, también eres experta a la hora de pegar palizas. Vas a ser dura de pelar chica.

-No soy tan fuerte.

-Bueno, tu ahora centrate en entrenarte. De hecho vete al salón de preparación ahora mismo. En tu habitación encontrarás ropa adecuada.

Me levanto del sillón y me dirigo a la puerta, pero antes de cerrarla le hago la pregunta que estaba deseando hacer desde el principio pero que con tanto lio no he podido hacer.

-¿Porque no ha venido a verme?

Taro no me responde y yo me rindo. Estoy cerrando la puerta cuando el me contesta.

-Porque a veces la vida no es como queremos, chica.

No se como tomarme esa respuesta. Pero he tomado una decisión, voy a hacer lo que me ha dicho. No voy a permitir que mis seres queridos sufran ningún daño, no voy a dejar que toquen a mi hermana, ni a mis padres, ni a alex, ni a ninguno de mis amigos.
Salgo del gran salón, la gente me mira mientras ando delante de ellos pero yo finjo no darme cuenta. Salgo por el portón y uno de los guardias me indica donde está mi habitación.
Me adentro por los pasillos, giro a la derecha, giro a la izquierda y aparece un ascensor. No puedo esperar a que venga, estoy demasiado nerviosa. Planta 10, delante mía se abre un paraíso. Es como una especie de piso pequeño solo para mi, con su sofa, su tele, su cocina y demás. Mi habitación esta al fondo de todo, una cama enorme y un baño blanco y presioso. Mi vestidor es tan grande como el baño todo lleno de ropa, el piso es enorme y ha sido una de las pocas alegres que han sucedido en estas semanas.
Aqui me sentire a gusto.
Las ventanas son enormes, es como si no hubiera pared y solo cristal, la noche y la luna se ven a través de ellas. Pienso en Josh, no entiendo por qué aun no ha venido a verme. Se que llevo consciente apenas unas horas pero él lo haría, vendría y me daría un beso como hacía siempre.
Ahora todo ha cambiado, nuestra relación tiene de por medio misterios, peligro y mentiras. No se si el sabe lo mal que lo pase por no saber nada de él, solo quiero verlo y que me diga que me quiere como siempre solía hacer pero se que ya no puedo pedir nada, esto ya no es un cuento de hadas es la vida real. Aqui las mentiras de color rosa ya no valen, el posiblemente nunca me quiso, quizá le obligaron a ser mi novio para protegerme sin que me enterara. Quizas he estado viviendo en una mentira y me culpe de haber malgastado nueve meses conmigo cuando podría estar haciendo cualquier cosa.
Ahora mismo me cuesta separar lo real de lo imaginario, porque esto es como una droga que se te sube al cerebro y no te deja ver las cosas con claridad. Me toca vivir en un mundo solitario, donde ya no tengo nada, solo puedo luchar por mi familia, por mis amigos y esas personas que siempre han estado ahí. Pero me decido a dejar de pensar en esto y me pongo unos leggins cortos que me llegan por debajo de la cintura y un top negro y por encima una básica blanca de tiras anchas.
Cojo mi movil y me pongo los cascos, bajo por el ascensor y llego a la planta 4.
Las puertas se abren y el pasillo me lleva a una sala llena de pesas, cintas y otros aparatos para hacer ejercicios. Yo empiezo estirando un poco y cuando creo que estoy preparada me pongo en la cinta, antes de encenderla le doy a mi movil y la musica empieza a sonar por mis oídos. Esa música que antes hacía que mis tardes amargas se volvieran dulces, que ahora me aporta algo de alegría a la noche. La cinta cada vez va mas rapido pero yo le sigo bastante bie el ritmo. Sudo, me esfuerzo como nunca en algo, como si mi vida dependiera de ello. Me doy cuenta que desde un cristal me esta mirando un chico y sonrie mientras lo hace. Es alto, pelirrojo con el pelo largo. Debe tener unos veinte años mas o menos y tiene algo de músculo. El chico entra por la puerta y se dirige a mi, pero yo sigo corriendo intentando ni distraerme.

-Hola, tu debes de ser Andrea.

-Si, lo soy.

-Encantado, soy Nazan.

-Me han hablado de ti, encantada.

El chico arquea una ceja y me mira con estilo cómico.

-Espero que no hayan sido cosas malas, porque serían mentira te lo aseguro.

Nos reimos y asi un buen rato. El despiste hace que me caiga de la cinta. Nazan viene a socorrerme aunque no es nada que una bolsa de hielo no pueda curar.

-¿Es verdad que tu eres más rápido que un lince?

-Bueno, no se si tanto pero si. Te lo voy a demostrar.

Nazan se levanta y desaparece, miro a ambos lados pero no lo veo, ha desaparecido. Unos segundos despues se abre la puerta y aparece veloz, trae dos botellas de agua.

-Vaya, si que eres rápido. Gracias por el agua lo necesitaba, esto es agotador.

-No es nada, mi don me permite hacer esto y más pero por ahora te dejaré con la intriga.

-Ya lo descubrire.

-Oye, ¿vienes a la piscina?

No se si ir a una piscina es lo que mas necesito pero un buen chapuzón me refrescará la mente, además Nazan es buena compañía.

martes, 24 de abril de 2012

Capítulo 7.

Lo último que oí fue el grito de alguien, mi ultima imagen fue caerme al suelo.
Estoy sumergid en una especie de sueño, donde nada tiene sentido. En el sueño aparece Josh gritando mi nombre y yendo al carril para ayudarme despues de que me atropellara el metro.
No se si esto es lo que siente uno al morirse, peor yo no veo ninguna luz y es com si estuviera sumergida en un sueño eterno que por alguna parte se que nunca se acabará. Colores chillones, voces extrañas invaden todo mi sueño profundo. Las voces son cada vez mas claras, no son conocidas pero si puedo oirlas claramente.

-Prepara el escáner, terminaremos por la tarde.

-De acuerdo, Taro.

-La quiero espierta para esta noche.

La voz del hombre se desvanece. Yo no puedo hablar, solo oigo las conversaciónes de los de la sala en la que estoy. Tampoco puedo abrir los ojos, es como si fuera una especie de fantasma que esta pero a la vez no. No me da tiempo a seguir pensando porque me sumerjo en otro de mis sueños extraños.


Un reloj de arena que se mueve, un ojo de gato mirandome, un  desierto. Nada tiene sentido y de repente todo se vuelve blando, poco a poco voy viendo donde estoy. Es una sala gris, parecido a un hospital. Quizas me consiguieron salvar a tiempo y me llevaron aqui, quizas Josh me salvó.
Cuando consigo recuperarme por completo un médico dice mi nombre.

-Andrea.

-Si..

-Prepárate, vístete.

-¿A dónde voy...?

-No hay tiempo, ponte esta ropa.

El médico me da un vestido rojo que llega hasta el suelo. Es de tiras anchas y bastante favorecedor, pero aun no entiendo para que necesito el vestido. Mientras camino me doy cuenta de que estoy peinada con el pelo recogido atrás en un pequeño moño y otro trozo de pelo suelto. La verdad, no me queda nada mal pero me da miedo pensar para que necesito llevar puesto esto. Al final de pasillo me espera un guardia y me conduce por una infinidad de pasillos, todos iguales, hasta que llegamos a una gran puerta dorada.
El guardia abre la puerta y mi cara se llena de asombro. La sala esta llena de gente que no conozco, hay mesas con comida y una gran fuente de agua en una esquina. Tiene dos pisos.
En cuanto me ven entrar se me quedan mirando fijamente, lo que me hace sentir incómoda.

-Al fin has llegado chica, empezabamos a pensar que te había perdido por los pasillos.

Esa voz... era la voz que escuche cuando estaba inconsciente, la voz de aquel hombre que dijo que tenía que estar lista para esta noche.
No me da tiempo ni a reaccionar ni apenas a decir nada, me coge del brazo y me lleva a la pista de baile. La canción es de salsa y prácticamente todos la estan bailando. Yo me muevo sin saber que hacer, no se si estoy a salvo o en peligro ni como debo de actuar. Pero la musica sigue sonando y el señor me coge por la cintura y empieza a dar pasos hacia a delante y hacia atras con bastante ritmo, luego me da vueltas. Pero yo ya estoy cansada.

-¡Parar ya!

La gente para y se me queda mirando, definitivamente no podría haber llamado más la atención. Pero sigo con lo mío.

-¿¡Qué es esto, que hago aquí!?

-Chica, te lo explicamos más tarde ahora diciertete.

-¡No, tú no sabes lo que es andar por el mundo sin saber que es lo que pasa! ¿¡Que hago aqui, quienes sois!? ¡Solo quiero saberlo!

-Sigueme.

Y el hombre me lleva a una sala oscura.
Capítulo 6.

Una vez leida la carta empieza a llover, la tinta de la carta empieza a desaparecer y el papel se disuelve entre el agua de la lluvia. Pero el mensaje lo he logrado leer a tiempo, sigue vivo. ¿Se referirá a Josh?, posiblemente porque no hay otra persona que pueda ser. Ver el mensaje es un alivio, porque se que en alguna parte del país o incluso del mundo él sigue vivo, pero no entiendo por qué tanto secreto. Tengo la sensación de que todo lo que ha pasado y esta pasando esta relacionado; la extraña aparición de Josh en mi vida hace unos meses, el atentado en el colegio, la desaparición de Josh, el mensaje...
Algo me dice que Josh esta metido en algo gordo, algo que es mas grande que yo y que todos los de Madrid juntos.
Los día siguen pasando y no vuelvo a recicbir nada, mis padres se estan empezando a preocupar por mi. Tardaron bastante tiempo en reaccionar pero han visto que empeoro por momentos y que necesito ayuda médica. Ya no quiero salir de mi casa, ni siquiera de mi habitación. Si, es todo muy exagerado, pero si al menos pudiera entender que es lo que esta pasando... pero nadie me lo explica.
Poco a poco con el paso de las semanas voy recuperando las fuerzas y empiezo a salir algo más. Me cuesta bastante pero se que con esta actitud no conseguiré nada, salir con mis amigos me vendrá bien.


-Vamos al centro comercial, que queda más cerca chicas.

-No tengo ganas, mejor vamos a tomar algo al centro.

Blanca y Lara estan discutiendo sobre a donde vamos a ir, la verdad yo prefiero hacer cualquier cosa me da igual. Solo quiero moverme y despejarme de todo esto que me esta pasando, porque se extiende como una enfermedad. Finalmente se deciden por ir a tomar algo al centro, iremos a aquel bar nuevo donde sirven unos batidos que saben genial, o eso dicen. Las tres estamos emocionadas porque hace semanas que no salimos juntas y había qie celebrarlo.

-Chicas, no tengo suelto. Voy a pedir cambio al del quiosco, vuelvo ahora.

-Vale, pero no tardes ¡que los batidos no esperan!

El comentario me hace reir.

-No os preocupeis, soy rápida.

Mis amigas ven como me alejo mientras las tres no reimos. A estas horas Madrid esta colapsado de gente, casi no dejan espacio para respirar. La gente se mete en medio de mi camino y desvían entre todos mi rumbo. Intento ir lo mas agil que puedo pero apenas dejan especio para poder meterse entre el medio.
Después de un buen rato de intentos logro colarme entre una mujer y su hijo, y consigo llegar al quiosco.

-¿Me puede dar cambio de diez?

-Claro, espera joven.

El señor, que aparenta unos cincuenta años se mete dentro de la caseta y busca cambio en monedas de uno. Mientras espero miro a mi alrededor, ya no hay nadie por las calles. Pero, al final de la calle puede verse a un chico que me esta mirando fijamente. Al principio con la claridad del sol no lo consigo ver pero me doy cuenta, ¡Es Josh!
Él se da cuenta de que lo he visto y se va, pero yo le sigo. Justo en ese momento la gente vuelve a aparecer colapsando las calles y el hombre del quiosco esta gritandome mientras salgo corriendo.
Voy por las calles, esquivando a niños, a ancianos y a parejas. Aun sigo viendo a Josh entre la multitud, mira hacia mi e intenta despistarme y huir; pero no lo consigue. Su rastro me lleva a el metro, bajo las escaleras, atravieso pasillos corriendo lo más rápido que mis piernas me permiten. Él sabe que sigo estando ahí y se cuela por una zona en limpieza del metro. Yo salto el cartel amarillo y despues de terminar el pasillo lo veo en frente mia. Entre nosotros esta el carril del metro, no me dice nada se queda mirandome con una expresión entre tristeza y preocupación.

-Josh, ¡Hablame, dime algo!

No dice nada, sigue mirandome. No se si esta llorando pero desde donde estoy yo lo parece.
No se mueve, permanece inmovil.

-Josh, ¿¡No entiendes que lo estoy pasando mal, donde estabas?!

Gira la cara, se limpia la cara y vuelve a mirarme con la misma expresión de antes.

-No, no vas a hacerme esto.

Salto al carril del metro en intento no tropezar con los tubos de metal que hay en suelo. Justo cuando estoy a punto de llegar a la otra punta del carril se oye un ruido fuerte, dos segundo después el ruido se acomparña de luces. Josh no me puede mirar, sabía lo que iba a pasar, pero a mi no me da tiempo a reaccionar. Es el final, mi final.

domingo, 22 de abril de 2012

Capítulo 5.

Capítulo 5.

-¿Cómo vas a ir a Boiro?

-Iré como sea.

-Andrea es una locura, no vas a ir.

Andrea mira a Alex con mirada decidida.

-Les diré a mis padres que me quedo a dormir a casa de una de mis amigas, e iré.

-¿Y como llegarás? ¡Es una locura!

-Iré en bus, ya me lo pensaré.

Alex mira a Andrea, sabe que está desesperada. Pero ni aunque lo proponga conseguirá llegar hasta allí siendo menor de edad. Asi que la abraza, sin más, porque sabe que es lo que siempre ha necesitado desde que paso todo aquello. Una muestra de afecto por parte de alguien, porque ni sus padres se la han dado. Andrea rompe a llorar, echa de menos a Josh, echa de menos como era todo antes. Solo quiere verle, saber si esta bien.

-Yo... lo echo de menos.

-Lo se, Andrea, pero eso no va a cambiar nada.

Alex se va a su casa y deja a Andrea sola en el banco. El cielo se empieza a poner gris, pero la puesta de sol se ve perfectamente. Le recuerda al día en que Josh le dijo todo aquello en la playa, aquel día donde empezó todo. Y no piensa dejar que un hombre los separe ahora que estan juntos.
Algo distrae los pensamientos de Andrea, es una carta que cae del cielo. Abre la carta, donde pone:

-Sigue vivo.
Ha pasado una semana desde que no veo a Josh. Mis recuerdos de aquel día son borrosos, recuerdo todo por partes y no se que ha pasado con Joshn si lo han secuestrado o en el peor de los casos lo han matado.
Lo único que recuerdo con claridad de aquel día es que aquel hombre quería algo de mi pero antes de poder reaccionar ante toda esa situación me pincharon y me desperte en mi cama. Mis padres me dijeron que dos policias me llevaron a casa y segun cuentan en los periódicos las personas que entraron en el colegio era un grupo terroristas que solo querían chantajear al gobierno para que atendieran a sus condiciónes. Yo no me creo nada de eso, se que es mentira pero no hay nada que lo pueda demostrar.
Mis padres hacen como si nada, parece que les da igual que hayan atacado un grupo de chalados mi colegio, que les da igual que mi novio, al que supuestamente adoraban, haya desaparecido.
En el colegio los profesores hacen lo mismo, pero todos los alumnos no paramos de hablar del tema. Mis amigos me preguntan que querian de mi y yo no se que responder, porque sinceramente no tengo ni idea de lo que paso.
La gente que no se lleva conmigo o simplemente no me conoce por el pasillo se me queda mirando, como si estuvieran buscando una respuesta a todo lo que pasó aquel día.
Yo no tengo esa respuesta, pero si me gustaría saberla. Porque echo de menos a Josh, sin el para mi ya nada tiene sentido. Si al menos supiera que le ha pasado...
Pero no llegan noticias, y mis noches se hacen mas amargas. Ya no hay nadie que  me entienda, mis amigas a pesar de haberlas mentido respecto a mi novio me entienden y me apoyan porque saben que no es facil para mi. Pero ni siquiera ellas logran llenar el vacio que me ha dejado su ausencia.
El único que hace que me sienta un poco mejor es mi amigo Alex.

-Sinceramente Andrea, aquel día al negarte a obedecer a ese hombre demostraste que eres dura de pelar.

Ese comentario hace que me ria. La verdad es que si, cualquiera podría haber accedido a la primera pero a mi hasta que no me dieron razones no daba de mi.

-Ya, bueno, actue sin pensar. Aunque no recuerdo muy bien lo que paso y cada vez que alguien me lo intenta explicar me mareo.

-Puede ser por aquello que te inyectaron los que iban de rojo y negro.

Suspiro.

-Es todo un misterio. Aun me sigo preguntando donde estará Josh.

-Seguro que está bien, creo que se lo llevaron los de negro y rojo. Esos son los que nos salvaron, asique en teoria debe estarlo.

No habia pensado en eso. Si, estará bien, pero si lo está lo primero que habría hecho es intentar contactar conmigo. O al menos estaría bien que lo hiciera, soy su novia. Aquella que con la que jugaba en la playa y a la que se declaro el verano pasado, a lo mejor esta enfadado conmigo por haberme rendido tan pronto o por haberme sacrificado por él, o casi hacerlo.
No, él no se enfadaría por eso.

-Andrea, eres mi amiga, no te quiero ver mal y lo sabes.

-No lo estoy. Solo estoy preocupada.

-Pues no lo estes. Se lo que necesitas...

-Si, ya se lo que necesito. Pero tienes que ayudarme

Alex me mira extrañado.

-Vamos a ir a Boiro.
Nueve meses después...

-Andrea, vamos que llegamos tarde a clase.

Mi padre me está esperando a fuera en el coche, yo me tapo con mi libreta para no mojarme por culpa de la lluvia y entro en el coche. Llego al colegio y sigo corriendo para no mojarme, hasta que entro en clase.
Todos mis amigos estan de un lado para otro, algo normal. Mis amigas me estaba esperando en la puerta.

-¿Donde estabas? Andrea llegando tarde, algo nuevo.

-Me quede dormida, alguna vez tenía que pasar.

Mis amigas se rien y nos adentramos en la clase, pero hoy no va a haber clase. Al parecer hay una reunión en el salón de actos. Van los cursos de segundo y tercero, los de tercero nos sentamos en la parte de atras mientras que los de segundo se sientan delante.
Pero algo no va bien, los profesores no entran y pasa el tiempo y no pasa nada. Todos estamos confundidos, no sabemos que es lo que esta pasando. Pero todo tarda poco tiempo en entenderse. Un hombre entra por la puerta y sube a la tarima, todos lo seguimos con la mirada. El hombre hace un silencio y empieza a hablar.

-Todos estareis preguntándoos quién soy y que hago aqui. Pues bien, he venido aqui para buscar a alguien. Andrea de tercero b, sube por favor.

Me hielo, no me muevo. El miedo corroe por mi venas, ¿Quién ese hombre?. Me levanto y camino hasta la tarima con miedo, despacio y con uns expresion de preocupación. Todos mis compañeros me miran, sin saber que va a pasar conmigo. Al fin llego a la tarima y me pongo en frente del hombre, él me mira sonriendo, satisfecho.

-Así que eres tú... Tiénes que venir conmigo.

-Yo no me voy a ir contigo, ¿Quién eres?

El hombre apoya su mano en mi hombro y se rie.

-Seré tu peor pesadilla si hace falta. Si no haces lo que quiero, sufriras las consecuencias.

-Tú no me das miedo.

Intento irme por la puerta pero aparecen dos guardias que no me dejan irme. Me quedo atrapada en el salón, con tods mirandome, todos tenemos miedo.

-¡Dejar que me vaya! ¿Que quereis de mi?

-Querida, eres demasiado valiosa para dejarte ir.

No entiendo de que esta hablando pero intento saltar por la ventana, tampoco me dejan irme por alli. Finalmente los dos guardias me cogen cada uno por un brazo y me llevan a rastras de nuevo a la tarima.

-¡¡Dejarme en paz!!

-Chica, si no haces lo que te voy a pedir haré que lo traigan.

-¿Traer a quién?

-A tu chico, ¿o esque ya no te acuerdas de él? Solo llevas sin verlo dos días.

-No se de quién estas hablando.

-Ah no, entonces tendremos que enseñartelo.

El hombre llama a alguien y en un minuto aparecen por la puerta dos soldados mas llevando a rastras a un chico. No se le ve la cara, pero su pelo....

-¡Josh!

-Veo que ya nos estamos empezando a entender.

En ese momento el mundo me da igual, intento llegar hasta él dando empujones a los guardias. Lo han dejado tirado en el suelo, esta demasiado débil para hablar pero consigue decir algo.

-Andrea... no dejes que te cojan. Yo, no voy  dejar que te hagan nada.

-Josh, no voy a dejar que te hagan nada por mi culpa.

Lo rodeo con los brazos y empiezo a llorar descontroladamente. Josh está sangrando pero parece que por momento va mejorando su estado. El hombre se acerca a nosotros.

-O haces lo que yo diga, o dire a la policia que estais saliendo y os juro que no os volveréis a ver en la vida.

Silencio. Eso es lo único que pasa desde ese instante, me levanto y acepto hacer lo que diga ese hombre con tal de que no nos separe. Josh grita mi nombre pero yo no le escucho, estoy demasiado concentrada en no ceder a mis sentimientos. No voy a dejar que le hagan daño, no me lo perdonaría nunca.

-Vienes conmigo chica.

Yo no hablo, le sigo. Pero pasa algo que cambia la situación por completo. Empiezan a entrar personas vestidas de negro y rojo por la puerta, se llevan a todos mis amigos y compañeros. Algunos de los soldados se llevan Josh y otros vienen a ayudarme, me liberan y echan al suelo a los soldados del hombre misterioso. Pero el hombre logra huir a tiempo.
No me da tiempo a reaccionar ante nada, alguien viene por detrás y me inyecta algo, me caigo al suelo.