domingo, 22 de abril de 2012

Capítulo 2,

Es de noche y mi abuela esta preparando la cena, yo salgo de la casa con mi hermana y vamos a la playa donde hemos quedado con Josh.

-Hola, chicas. ¿Por donde quereis empezar?

-¡Quiero ir al tirachinas!

-¡Pues allá vamos!

Ana lo abraza feliz porque mis padres dicen que es peligroso que monte al tirachinas y solo la dejan montar unas pocas veces, ahora que esta conmigo y con él sabe que podrá hacer lo que quiera y no sabemos si eso es lo mejor en su caso.

-Toma, te llega para dos partidas.

Mi hermana coge el dinero que le doy y va al taquillero donde coge dos entradas y se pone a esperar a la cola. Ahora estamos los dos solos.

-Cuanto tiempo hace que no te veo Andrea.

-Si, seis años creo.

-Si, más o menos. Pero no volviste por aquí más, hasta este año.

Josh me mira esperando una respuesta, no se muy bien lo que esta pasando. Es como si todos se hubieran pesto de acuerdo para hacer algo, no se muy bien el qué.

-Ya, creia que iba a ser aburrido. Pero este año quse venir, me alegro de verte después de tanto tiempo. Eras mi mejor amigo cuando era pequeña, no entiendo por qué no te recordé hasta hoy.

-Ya, bueno, a veces pasa. Tú también eras mi mejor amiga. ¿Te acuerdas de cuando intentábamos pillar a tu abuelo? Tu siempre te caias en la arena.

-Si, es verdad, y tu siempre me levantabas. Era raro, nos llevávamos cinco años.

-Yo tenía trece años y tu ocho, pensándolo si, era bastante raro que nos lleváramos tan bien.

Iba a contestarle pero mi hermana empezó a gritar para que la mirásemos. Santaba cada vez más alto y daba volteretas en el aire. Yo le sacaba fotos con el móvil y Josh la animaba para que saltara aun más alto. Y así estuvimos toda la noche, acompañando a mi hermana por las atracciones y comprándole peluches. Hasta nos animamos a montar en una con ella, quedamos como tontos delante de los demás pero eso nos dio igual. Lo pasamos genial, y eso solo era el principio de las vacaciónes.
Llegamos cinco minutos antes de la una a mi casa, él llevó todo el camino a mi hermana en el colo. La pobre iba casi dormida y no daba de si. Mi padre nos ayudó a llevarla hasta la cama y mas tarde Josh se despidió de mi familia y se fue a su casa. Esa noche lo pase muy bien, fue recordar cosas que, por algún motivo no recordaba hasta hoy. Fue encender un fuego que nunca se llegó a apagar por completo.
Pero pasaba algo que no entendía, algo que no cuadraba en todo esto. No iba a averiguar que era pero sabía que todo esto estaba pasando por algo.
El sueño pudo conmigo, esperaría a verle mañana.

Los días siguientes fueron igual, estaba por la mañana con mi familia y por las tardes quedaba con Josh para tomar helados o ir a la otra playa del pueblo. Esta vez mi hermana no venía con nosotros, por si acaso le pasaba algo. Fueron las mejores semanas de mi vida, nunca me lo había pasado tan bien con alguién, me lleva cinco años pero me entiende perfectamente sin ser infantil, aparentando su edad. Pero todo tiene su fin, lego el último día que estaba en Boiro.

-Tengo una sorpresa preparada para el último día.

-¿A donde me llevas?

-Ya lo veras.

Era casi la puesta de sol e iba caminando por la calle con los ojos vendados. Josh me ha obligado a llegar un vestido blanco muy bonito que tengo, demasiado arreglado para lo que sea que vamos a hacer, seguro.
Después de caminar por lo menos diez minutos piso arena y me doy cuenta de que estamos en la playa. Pero no se oyen los ruidos de los niños al jugar, ni los chapuzones de la gente al  bañarse, no se oia nada.

-Puedes abrir los ojos.

Me quita la venda y abro los ojos. La playa esta desierta, solo hay una mesa para dos con comida y una especie de decorado ibicenco. Me giro para verlo, para preguntarle a que viene todo esto y lo veo. Esta vestido con un  traje negro como los de las bodas, le miro a sus ojos azules sin saber que decir, porque ni siquiera se lo que está pasando.

-Andrea, creo que ya sabes por qué es todo esto. Todo esto es por ti, porque nunca te he logrado olvidar. Se que te llevo cinco años, pero a mi la edad no me importa, yo solo quiero estar a tu lado.

Josh se arrodilla y me entrega una rosa blanca, yo sig sin saber que decir. Pero me doy cuenta de que aun le sigo queriendo, que ni el tiempo pudo con lo que sentía de pequeña. No había palabras para expresar lo que sentía en ese mismo momento así que lo bese, un beso largo a corde con el sonido de las olas y la puesta de sol. Al día siguiente me costó despedirme de él, hasta dentro de un año no no veríamos pero no fue así. Él se mudó a Madrid conmigo, desde aquel día estamos juntos y mis padres y familia no se por qué se llo tomaron bastante bien. Les dió igual la edad, pero eso sí, nos dijeron que no podíamos decirselo a nadie ya que yo soy menor de edad.

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